El
aceite de oliva, el oro líquido, se
ha convertido en un fenómeno agrícola y alimentario a nivel mundial. A lo largo
de los cinco continentes hay un total de 12.000 almanzaras, y el consumo se da
en 160 países. Actualmente, son 47 países los grandes productores de aceite de
oliva, con España a la cabeza. Entre ellos destacan Marruecos, Grecia, Uruguay,
Líbano, Argelia, Irán, Italia, Israel, Túnez, Portugal, Turquía, Argentina,
Albania y Jordania. Sin embargo, la principal diferencia entre los países
productores es la de la rentabilidad del aceite de oliva, que varía mucho a
causa de la gran disparidad de costes de producción. El aceite español comienza
a tener serios problemas de costes frente a sus competidores mundiales: en
España, producir un kilo de aceite de oliva cuesta una media de 2,75 euros, mientras que en países
como Turquía o Túnez baja a los 2,03 euros y en Marruecos, al 1,91. La internacionalización
y el punto de encuentro entre diferentes países productores es precisamente la clave de la quinta edición de
la WorldOlive Oil Exhibition, que tuvo lugar en Madrid los pasados días 2 y 3
de marzo. La feria se conformó como un foro de negocios en el que los más
prestigiosos profesionales del sector se reunieron para poner en común las
claves y tendencias de futuro del aceite de oliva, y para cerrar importaciones
y exportaciones a nivel mundial.
España
lidera la importación y sobrepasa ya a Italia en virgen extra, con cuotas de
mercado del 45% en aceite de oliva virgen. Más datos: el 95% del aceite
importado procede de España, Italia y Grecia. Desde 2013, la promoción global del aceite de
oliva español se realiza bajo una marca paraguas, Aceites de Oliva de España, para dar cuenta de la diversidad
varietal y geográfica de nuestros aceites. La crisis económica y la bajada en
el consumo han obligado a muchas empresas nacionales a asumir el reto de la
exportación como su salvavidas. Cada español gasta 25 euros al año en aceites
de oliva. Según el Anuario de la Alimentación Mercasa, durante los últimos
cinco años, el consumo de aceites ha caído en medio litro en nuestro país, y
sólo ha aumentado en 0,70 céntimos en valor per cápita. La calidad se ha
convertido en el gran objetivo del sector español, para poder competir en el
mundo y elevar el consumo en territorio nacional.
Dentro
de España, es Jaén la principal provincia productora, no sólo a nivel nacional
sino también mundial. La producción y el comercio del aceite de oliva es una
actividad económica fundamental para la provincia. De hecho, la Diputación de
Jaén ha convocado una nueva línea de ayudas a la que podrán acogerse las
cooperativas oleícolas con el fin de que mejoren su competitividad empresarial
en los mercados internacionales. Por
otro lado, los jienenses sacan también provecho de sus grandes plantaciones de
olivos y de sus instalaciones, promocionando el oleoturismo.
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