Desde
la llegada de la crisis económica en los años 2007-2008, las universidades
públicas en España sufrieron una caída drástica de matriculados y al mismo
tiempo la cifra de abandono aumentó de manera muy significativa. Según los
rectores de las universidades públicas, la cifra de estudiantes que han dejado
los estudios superiores se sitúa en 77.000 desde la llegada al gobierno del
Partido Popular en noviembre de 2011. Si bien el Sindicato de Estudiantes
denuncia que este número podría ser muy superior, si se contabilizan los
jóvenes que no se matriculan de un curso completo, y los que ni siquiera pueden
acceder después de la PAU por bajos recursos.
Ahora
bien, un análisis profundo que tenga en cuenta todos los factores que favorecen
o perjudican el acceso y la permanencia de los alumnos en las universidades,
muestra que el motivo de la pérdida demográfica de jóvenes que señala en su
informe el Ministerio de Educación, es como poco, muy irrelevante.
En
primer lugar, la parte de los Presupuestos Generales del Estado destinada a
Educación decreció significativamente. Según la tabla 3.8.G.3 del Anuario Estadístico de España 2015, el gasto público en Educación, que alcanzó su
cota máxima entre los años 2008 y 2009, decreció significativamente en los años
posteriores. En el año 2012, la asignación económica estatal se recortó en un
21,9% en términos interanuales. En 2013, descendió un 14.4%. Según el Informe Panorama de la Educación 2015, la OCDE
señala que España es uno de los países de la organización que menos invierte en
educación en relación con el gasto público total.
En
contraste con la bajada en inversión, las tasas universitarias y el precio de
las matrículas ha aumentado. Durante esta legislatura, las tarifas subieron un
65% en dos años en Madrid, una de las comunidades españolas con mayor número de
estudiantes y oferta educativa. La Fundación Conocimiento y Desarrollo vincula
la bajada de estudiantes en las universidades públicas con “los fuertes
incrementos del precio de la matrícula”. Del año 2010 al 2013, el porcentaje de
ingresos de las universidades relativo a las matrículas ha ascendido en un 7%.
Por
otro lado, el sistema de becas se ha visto seriamente afectado: según la tabla 3.8.G.1 del ya citado anuario, la
cuantía destinada a becas concedidas por el Ministerio de Educación comenzó a
decrecer en el curso 2012-2013.
Vistos
los datos, en España, la situación de la Educación universitaria podría
definirse como precaria. Con un gasto público en Educación que va bajando, un
sistema de becas de difícil acceso, unas matrículas demasiado altas, y como
consecuencia, con un porcentaje de estudiantes que abandonan cada vez mayor, en
un contexto de crisis económica, se sitúa al país en una encrucijada de cara al
futuro.
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